Nicanor González Urrutia amaba la vida. Para él, esta era una mezcla entre estar con la familia y los amigos, participar en competencias de auto y preparar parrillas.

Un hombre de una energía contagiosa, cariño infinito y mano envidiable para la cocina.
Los tres años que Nicanor vivió en Punta Hermosa dieron lugar al primer Don Nico. Un restaurante de carnes que ya se ha ganado el cariño y la confianza de todo el pueblo.

Es un hecho. Cuando alguien llega a Don Nico llega a disfrutar, porque ese era su credo. El "Gordo Nico", como lo llamaban sus personas más queridas, amaba la adrenalina de lo inesperado, las grandes reuniones, las risas con vino y las historias bien contadas. La amistad prevalece en el espíritu del restaurante, así como el amor por la comida. Los buenos insumos son reyes en su cocina.

A poco tiempo de abrir su segundo local en el corazón de Miraflores, el espíritu del "Gordo Nico" habita en cada detalle, convocando cierta magia. La única regla es pasarla bien, disfrutar y contar historias para el recuerdo. Porque los placeres de la vida, según Don Nico, existían para ser compartidos.

Su sazón es su legado. Uno que continua su familia en su honor.


Don Nico es parrilla prime de la más alta calidad. Carne Americana y método argentino al carbón.